Que la Guerra Civil produjo víctimas en ambos bandos es un tema que no tiene discusión.
Que toda víctima merece una "reparación" hasta donde sea posible, parece que tampoco.
Ésta es la perspectiva del ex-presidente Rodríguez Ibara en su artículo de ayer, 26, en El País.
Se me ocurre que no es bueno para nadie (ni siquiera para Garzón) que la urgencia de que toda persona reciba una sepultura digna y una reparación moral de la injusticia con ella cometida se haya convertido en una trifulca sobre la justicia y los jueces.
Salvo que se confirme eso de que somos un país más dado a la bronca que al diálogo, digo yo.
Sobre el mismo tema, tampoco tienen desperdicio las palabras pronunciadas por Rosa Regás en un acto de solidaridad con Baltasar Garzón que tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona el pasado 20 de abril.
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