Anoche estuvimos (éramos un grupo de 25) viendo la obra de José María Pou (ver entradas 1 y 2). El teatro, abarrotado. Nos gustó mucho, pero a todo el grupo nos quedó un pequeño tema por digerir: el de los problemas sexuales de algunos profesores y alumnos. Mejor dicho, la relevancia que a ese asunto se le da dentro de la representación.
Debatimos sobre ello largo tiempo, el necesario para las (muchas) cervezas que debían saciar la sed que produce una obra tan densa y de casi tres horas de duración. En general, a todos nos estorbaba el comportamiento, tan contradictorio, de Héctor: nos apasionaba su actuación en el aula, representaba un modelo de profesor con el que nos identificamos, pero nos repelía su comportamiento posterior con algunos chicos.
Esta mañana, mientras escribía la entrada anterior a ésta, he caído en la cuenta de que, probablemente la obra sea, en este sentido, un metáfora de nuestra sociedad; que éste sea uno de tantos "velos" y "trampantojos" que nos impiden ver la realidad; quizá ésa sea la mayor enseñanza de la pieza de Bennet: el hacernos sufrir, como espectadores de teatro, la misma dificultad de todos los ciudadanos para ver cuáles son los problemas clave del mundo que nos rodea.
En opinión del grupo, se trata de una obra para ver más de una vez, pero ya no da tiempo; de modo que, si alguien nos pudiera facilitar algún vídeo o grabación de la misma, le quedaríamos eternamente agradecidos/as.
1 comentario:
Yo no pude ir con el grupo y fuí el viernes. Pasé del tema de la sexualidad y me centré en las diferentes formas de neseñar que se exponen. Estoy más de acuerdo con la de Héctor, desde luego. Paro también pensé que los tres modlos se pueden dar y el alumnado puede elegir con cual se queda. Hablando de alumnos de esa edad. Con los más pequeños me parece que debe prevalecer la coherencia del modelo educativo. Ya lo debatiremos
Consuelo
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