30/9/12

La diversidad es un valor


Hace unos días, en el Forum de la Educación Madrileña, intervino Miguel López Melero, Catedrático de Pedagogía en la Universidad de Málaga; de esos que ponen en práctica sus teorías, un "campeón" en la lucha contra la discriminación de las personas bajo cualquier tipo de pretexto. Quizá su alumno más conocido sea Pablo Pineda, Licenciado en Educación; y, seguramente, a Pablo se le recuerde por su trabajo en la película "Yo también", una anécdota en su trayectoria educativa y profesional; pero así funciona la memoria colectiva ¡qué le vamos a hacer!
Pues bien, dice Miguel que tenemos que pensar la escuela en términos de equidad y normalidad (lo normal es que todos seamos diferentes); que la escuela se equivoca cuando se obsesiona por incidir sobre las personas "diferentes" con la intención de "normalizarlas", porque lo más indicado sería trabajar de un modo sistémico, modificando el sistema escolar para que fuera capaz de acoger y ayudar a todas las personas a progresar en su propia educación. 
Yo salí de la conferencia entusiasmado con esta formulación tan clara del modelo de educación inclusiva, pero frustrado porque no veía la manera de comunicarlo de un modo sencillo a tantas personas de buena voluntad que, deslumbradas por las "propuestas de excelencia", militan en el otro modelo de educación. Pero, mira por dónde, lo comenté con mi sobrina Teresa, que sabe mucho de todo esto porque es profesora y, sobre todo, madre con una larga experiencia en eso de pelear contra la discriminación. Teresa, en vez de darme una larga explicación, abrió su ordenador y me mostró un vídeo que dura sólo 3 minutos y que me gustaría que se visionara antes de seguir leyendo. Ver vídeo "Por cuatro esquinitas de nada".
Y digo yo que, si esto es tan evidente como parece, ¿por qué no lo comprenden los máximos responsables de la educación? ¡Cuánto sufrimiento innecesario se podría evitar! Y se evitaría de paso el desastre que amenaza a la escuela con esta propuesta de "Reforma" (la LOMCE) discriminadora y retrógrada, si alguien con más luces no lo remedia.
 Y no es que uno no crea que la escuela debe mejorar; pero ése no es el camino; especialmente, si va junto a los recortes en personal, recursos, etc. que está sufriendo últimamente. En este   enlace 1   se puede leer la opinión de Rafel Feito, Catedrático de Sociología en la UCM. En este otro enlace va un segundo artículo sobre el mismo tema, de Alejandro Tiana, Catedrático de Educación Comparada en la UNED  y Director del Centro de Altos Estudios de la OEI.
Efectivamente, no parece que ciertas medidas conduzcan a mejorar la calidad educativa: proponer una segregación tan temprana, dar más atención a quienes menos lo necesitan, sacar del currículo las asignaturas que más contribuyen a la formación humana, a la adquisición de valores, a la formación estética, etc. Contribuyen, por el contrario, a empeorarla, deteriorando uno de los aspectos en los que sí tiene España merecido prestigio internacional: la equidad.
Por si alguien quiere echar un vistazo al anteproyecto de la ley, aquí pongo el enlace.  
Para quien no disponga de mucho tiempo, aquí queda otro enlace de la comparativa entre la LOMCE y la anterior ley (la LOE), que ha hecho  la Federación de Enseñanza del Sindicato Comisiones Obreras. También es muy interesante el análisis de Jurjo Torres en este vídeo, anterior a la publicación del anteproyecto.
Ya sé que mi propuesta supone un cierto esfuerzo; pero está claro que, con la educación, nos estamos jugando el futuro, el de todos.

18/9/12

Dudar o no dudar, ésta es la cuestión

Me produce un gran desasosiego comprobar la facilidad con que la mayoría de las personas damos nuestra opinión sobre cualquier cosa, incluso cuando se trata de problemas complejos para cuya solución los expertos necesitan mucho tiempo y mucho estudio. Puede ocurrir que no estemos dando nuestra opinión, sino la de alguno de tantos "predicadores" que han proliferado últimamente al abrigo del poder y de las facilidades que dan las TICs.
A veces se observan profundas incoherencias entre esa "opinión" y el comportamiento habitual. Incluso profundos contrastes entre "opiniones" dadas en diversos momentos por la misma persona y sobre el mismo asunto. Casi nunca "nos cabe la menor duda". Dudar nos suele parecer cosa de débiles.
¿Cómo es posible que, en una reciente encuesta para la Cadena SER, la mayoría manifieste su profundo desacuerdo con el Gobierno actual y, al mismo tiempo, su intención de volverlo a votar, a pesar de que otorguen el Presidente una calificación media de 2 sobre 10? (Ver enlace).
En un ejemplo menos relevante, de fútbol, si un equipo pierde por la mínima, ha hecho un partido desastroso, mientras que, si gana por la misma diferencia, lo ha hecho excelente (véanse las crónicas del Sevilla 1 - R. Madrid 0, del pasado día 15; y R. Madrid 3 - Mánchester 2, del día 18).
Este tena de la ausencia de dudas está tratado con agilidad y rigor por Jaime Fernández en su blog.
Jaime apoya su argumentación sobre ejemplos de la película Doce hombres sin piedad, que puede verse en este enlace.
También puede verse la versión teatral que realizó TVE para Estudio-1, en este otro enlace.

3/9/12

Terrorismo financiero

Con frecuencia necesito ayuda para entender esta crisis que nos afecta a todos, especialmente a los más  débiles. En este sentido, me ha ayudado mucho este artículo de Juan José Millás, en el que hace una comparación entre el terrorista financiero y el convencional.
Y digo yo que algo habrá que hacer, porque, como dice Millás, "La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado".