Podemos verlo en la biblioteca de Lisboa, hace unos 4 años, acompañando la canción "Grándola".
"En esta época de conmemoraciones, planteo que, cuando descubrimos al otro, en ese mismo instante nos descubrimos a nosotros mismos, unas veces en lo mejor y otras en lo peor, cuando intentamos dominarlo. Si llegamos a una relación con el otro en que la condición principal sea respetar sus diferencias y no tratar de aplastarlas para hacerlo como uno, entonces aparecerá en nosotros lo positivo. Todos tienen derecho a un lugar en la Tierra, no hay motivo para que yo, por el hecho de ser blanco, católico, rubio, indio, negro, amarillo, sea superior. No podemos darnos el lujo de ignorar que el respeto humano es la primera condición de 'convivialidad'".

Mucho se ha escrito estos días sobre su vida y obra. Me sumo a las palabras del Presidente del Gobierno: "Tu abuelo, nos contaste, intuyendo el final de su existencia en la Tierra, fue diciendo adiós a los amigos, a su familia, a la naturaleza, porque quería estar lúcido y presente cuando la muerte llegara. Por eso, se abrazaba a los árboles que guardaban las páginas escritas de su vida. (...) Tú, que has sido también todos los nombres, no terminas aquí. 2010 es ya, para siempre, el año de la muerte de José Saramago, pero tus libros forman un maravilloso bosque de dignidad. Y yo me abrazo al árbol para mantener tu memoria."
¡Descanse en paz el maestro de la Literatura y, sobre todo, de la Ética!