La amalgama ideológica liberal-conservadora llevaba ya años intentando relegar el pensamiento crítico al ostracismo, a la inhibición y a la autocensura, abriendo dudas sobre la función social de los intelectuales y tratando de modelar el comportamiento de la ciudadanía en contra de los valores más positivos de una democracia. El debate ideológico parecía haber desaparecido.
La crisis del modelo económico, la decepcionante respuesta política y judicial ante el clamor de las víctimas del franquismo, y el creciente cuestionamiento de la versión oficial de la transición a la democracia, han acentuado aún más la campaña de acoso ante cualquier pensamiento crítico.
Ayer tuvo lugar en el CSIC un acto divulgativo, con participación de los primeros firmantes del documento: Federico Mayor Zaragoza (UAM), Francisco Fernández Buey (Univ.Pompeu Fabra), Jesús Ávila (), Jorge Riechmann (UAM), Bernardo Herradón (CSIC), Julio Aróstegui (UCM), Emilio Criado (CSIC) y Alicia Durán (CSIC)...
El diario Público también se hizo eco ayer del tema.
1 comentario:
Don Ramón, se lo dije a vuesa merced durante la noche en que nos emborrachamos (bueno, vale, esto es mentira, pero es que mola muchísimo)en Albacete: Hay que echarse a la arena política, con todas las consecuencias y dispuestos a chapotear en la mierda, creando un partido, llámese como se quiera, algo así como Ciudadanos Irritados en Acción, o alguna barbaridad tipo Partido de los Españoles Encabronados con el Sistema. Lo que sea, pero algo así.
Porque mucho protestar en este manifiesto dado que la reacción quiere el ostracismo, inhibición o autocensura de los intelectuales; mucho hablar de responsabilidad, y mucha actitud de vigilancia y control crítico, pero todo eso a la derecha arriscada, montaraz y franquista -que es la que tenemos- le da risa. ¿O tú te imaginas a Rajoy o Cospedal leyendo siquiera a los críticos y vigilantes? La ferocidad de quienes mantienen la postergación de los asesinados de la posguerra impidiendo su identificación, o se acogen al bluf que fue la amnistía, dictada en la transición ante el ruido de sables, sobre los sistemáticos crímenes contra la humanidad posteriores a la guerra civil, llevándose por delante a cualquier juez que intente alguna gestión al respecto; o los feroces dictadores de las finanzas y banca, coleguitas de los anteriores, todos esos individuos, digo, simplemente no piensan, no reflexionan, no usan la inteligencia porque es una dura tarea, y porque la Iglesia se la castró durante la infancia y no han sabido ni querido recuperar esa maravillosa cualidad. En este país apenas se piensa excepto para arañar dinero y poder a mansalva, y vamos a peor, Universidad incluída.
No hay sino recordar esa placa de nuestra infancia, en La Roda y en lugar de honor de la iglesia parroquial, que ahí permanece recordando, con nombres y apellidos, a los "caídos por dios y por España", naturalmente sólo los vencedores. No hay forma de corregir esa -hoy si no lo fue siempre- iniquidad pese a las peticiones para que tal ruindad sea subsanada de una maldita vez.
Esta gente no entiende nada, no quiere entender, sigue pensando que el país es suyo, y a los demás nos miran con displicencia y rechifla.
¿Intelectuales? Les dan risa. O política pura y dura, o no se dan por aludidos.
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